2009/09/17

EL TEATRO MEDIEVAL

LAS PRIMERAS MUESTRAS DE TEATRO HISPÁNICO
1. Introducción.
2. Orígenes del teatro medieval.
3. El drama litúrgico en Castilla.
4. El Auto de los Reyes Magos.
1. Introducción.
Lo que se puede asegurar es que el teatro clásico no concurre al nacimiento del drama medieval. Con la caída del Imperio, tras las sucesivas invasiones bárbaras, desapareció el teatro conservándose sólo los mimos e histriones que debían de realizar un espectáculo a base de ejercicios circenses, parodias satíricas o representaban pantomimas ejecutadas con desvergonzados bailes lascivos contra lo que lucharon denodadamente los clérigos.
2. Orígenes del teatro medieval.
De esta forma el teatro medieval surge de unos nuevos orígenes. Estos se han de buscar en el desarrollo y desenvolvimiento de las festividades religiosas que permitían intercalar textos en su liturgia. De tal modo las fiestas de la Iglesia contienen en sí un fuerte carácter teatral constantado en muchos diálogos litúrgicos acompañados de cantos alternados, antífonas, responsos y música.
Un primer ejemplo es La peregrinación a Eteria del siglo IV. Poco a poco lo que había sido parte del texto sagrado se convirtió en un espectáculo religioso de tipo popular. La Iglesia favoreció estas representaciones porque contribuían a robustecer el gusto de los fieles por los actos del culto.
El germen primero de las representaciones litúrgicas estuvo constituido por los llamados tropos consistentes en la interpolación de una frase musical en la liturgia cristiana. Con el nombre de tropo se actualiza una denominación verbal de algunos pasajes de la liturgia, ya como introducción, como interpolación o como conclusión, o bien como combinación de estas formas. Debieron de surgir desde el siglo IX y se suponen originados en algún monasterio del norte de Francia; con el saqueo normando un monje huido de allí, llevó dicha práctica al monasterio suizo de Saint Gall, que se convirtió en el centro difusor de esta nueva costumbre.
El más antiguo tropo conocido es el Quem quaeritis conservado en un manuscrito de San Marcial de Limoges del año 933, aproximadamente. Este tipo de tropos se engloban dentro del grupo llamado Visitatio Sepulchri.
Posteriormente se extendieron a la fiesta de Navidad bajo la denominación genérica de Officium Pastorum del siglo XII. Progresivamente se fueron liberando de la liturgia y aun sin abandonar el carácter religioso dan lugar a dramas sacros recopilados bajo las denominaciones de Ordo prophetarum en los que aparecen las figuras de los profetas Daniel, Jeremías, junto con la Sibila dando fe del nacimiento del hijo de Dios.
La sustitución del latín en estas piezas por la lengua vulgar es un fenómeno paralelo al que tiene lugar en otros géneros literarios; puede considerarse en marcha a lo largo del siglo XII, aunque en el género que nos ocupa se efectuó menos cumplidamente mientras las piezas dramáticas estuvieron vinculadas a la liturgia y a los actos del culto. En muchas ocasiones el empleo de la lengua vulgar quedó limitado a solo unas partes de la representación. Los historiadores del teatro señalan tres períodos en el drama religioso:
- el drama litúrgico desde sus comienzos hasta 1200,
- el drama semilitúrgico que se extiende en una época de longitud variable,
- y el drama religioso constituido cuando las representaciones aparecen ya secularizadas.
3. El drama litúrgico en Castilla.
Se conservan dos tropos en Santo Domingo de Silos pertenecientes al ciclo de la Visitatio Sepulchri del siglo XI, otro en Santiago de Compostela del siglo XII, otros dos en la catedral de Huesca del siglo XI y de principios del siglo XII, uno del Officium Pastorum y otro del Quem quaeritis, otro más en Zaragoza y otro en Granada.
Probablemente las costumbres de unas diócesis pasaban a otras, útil medio de difusión que explica su conservación durante siglos sin variación. Donovan ante la escasez de tropos en Castilla llega a las conclusiones de que tal escasez se debe a la falta de cultivo del mismo por el mantenimiento del rito mozárabe que desconocía la práctica de los tropos. Además la introducción del rito romano se hizo en Castilla ya muy tarde cuando la literatura en lengua vulgar comenzaba a pujar contra la latina y otra razón es que la orden de Cluny, introductora desde el siglo XI del nuevo rito, era contraria a las representaciones teatrales en el interior de las iglesias. De esta forma es muy probable que las representaciones religiosas comenzaran a introducirse en Castilla ya en lengua vulgar.
En un decreto de las Partidas del rey Sabio, se prohibía la representación de obras, llamadas de escarnio, en las iglesias y se recomendaban otras que tuvieran que ver con los tres ciclos propios de los tropos -Navidad, Epifanía y Resurrección-; sus antecedentes están ya en el tercer concilio toledano en tiempos visigóticos, donde se denuncian ya costumbres licenciosas en los templos. Lo más probable es que a mediados del siglo XIII se diesen representaciones de dramas religiosos y profanos que se hicieran tanto dentro como fuera de las iglesias, que se representaran tanto por clérigos como por legos y que como medio de vida recogían en sus repertorios desde pantomimas a recitados.
Lázaro Carreter cree que los monjes galos conocedores de las prácticas tramontanas son quienes directamente, sin el intermedio del tropo litúrgico latino, componen obritas religiosas en lengua vernácula, para reprimir, ordenar y canalizar los excesos profanos de los templos.
4. El Auto de los Reyes Magos.
La temprana fecha de la Representación de los Reyes Magos y el origen gascón de su autor, encajan perfectamente en esta suposición, al igual que los tres ciclos recomendados por el rey Sabio, que corresponden exactamente con los ciclos ya tradicionales en Francia.
El Auto o Representación de los Reyes Magos se piensa que es una adaptación castellana de algún drama litúrgico francés. Compuesto en versos de nueve, siete y catorce sílabas, comienza con los tres monólogos de los Reyes, en los que la visión de la estrella anunciadora es interpretada como señal del nacimiento del Mesías. Su entrevista con Herodes y la consulta de este a sus rabinos completan la obra que debería de acabar con la adoración de los Magos en el portal y cerrando el conjunto el canto de un villancico. Hay un intento de caracterizar a los personajes, ciertos rasgos de humor y pinceladas realistas de sabor muy castellano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario